Estepona, situada en un enclave privilegiado, cautiva a sus visitantes en cada uno de sus rincones. Su renovado casco antiguo, uno de los más bellos de Andalucía, ofrece al turista la posibilidad de disfrutar de un verdadero jardín urbano, “El Jardín de la Costa del Sol”. Su entramado de calles blancas, engalanadas con coloridas macetas cargadas de flores, le dan su esencia de pueblo andaluz costero. Conserva sus costumbres y tradiciones y las ha hecho convivir en total armonía con su aspecto más moderno y turístico.
Su situación entre el mar y la montaña, su excelente clima, sus modernas infraestructuras, sus instalaciones deportivas de gran calidad, su planta hotelera, su gastronomía y su variada oferta cultural, hacen de Estepona un destino preferente de la costa malagueña.
Los restos más antiguos encontrados en Estepona se remontan a la época prehistórica, al Neolítico, y a las edades del Cobre y del Bronce, destacando la necrópolis megalítica de Corominas. Entre los numerosos asentamientos fenicios y romanos, destacan las ruinas de la desembocadura del río Guadalmansa, que podrían pertenecer al municipio romano denominado Salduba.
En el siglo X, durante el periodo de esplendor del Califato cordobés, se funda la ciudad de Estebbuna, origen de la actual Estepona. En 1456 es conquistada por el rey Enrique IV de Castilla y completamente destruida poco después. A comienzos del siglo XVI, los Reyes Católicos ordenan la reconstrucción de las murallas de Estepona, debido a su excelente posición estratégica, y disponen su repoblación con 30 familias. En 1729, Felipe V concede el Privilegio de Villazgo a una próspera población de más de 600 vecinos, que sigue creciendo hasta la actualidad.